lunes, 15 de mayo de 2017

laguna de burlan

                                           

Laguna de Burlan, una joya en el corazón de Amazonas, Bagua  Grande.

No muchos aún, saben sobre la existencia de éste importante recurso turístico a pocos minutos de la ciudad de Bagua Grande, capital de la Provincia de Utcubamba, en pleno corazón de la región Amazonas. La Laguna de Burlan, considerada un baluarte para el turismo en la zona.
Llegar hasta donde se ubica, toma alrededor de 20 minutos desde la ciudad de Bagua Grande, ya sea en un vehículo propio o contratando los servicios de una moto taxi. La ruta nos lleva a la zona sur por la pista Fernando Belaunde Terry, luego vira a la derecha, por la carretera que lleva al Centro Poblado Miraflores.

El lugar verdaderamente es una belleza, enclavado en medio de cerros, está rodeado de algunas parcelas, principalmente de arroz.

Sus apacibles aguas, permiten al visitante en días de sol, tomar un apetecible baño. También se puede solicitar los servicios de la familia Chacón que vive en el lugar y que tiene un bote en la laguna, para realizar un recorrido sobre las azules aguas.

Los alrededores de la laguna, permiten detenerse y admirar la zona o realizar algunas caminatas. Si va provisto de una hamaca, árboles de cerezo, podrán cobijarlo mientras toma un descanso, qué mejor que ser arrullado por la fresca brisa de la laguna.

Para los aficionados a los deportes en agua, se puede realizar también paseos sobre una moto acuática.

Realizando las coordinaciones respectivas, las orillas  de la laguna, ofrece espacios adecuados para quienes deseen acampar.

Historia

Antiguos pobladores de la zona, narran que en épocas pasadas de las que no se tienen más que registros orales, había una ostentosa ciudad, donde sus habitantes no median la desordenada vida que llevaban.

Al atardecer de cierto día, un hombre mayor, llegó a la ciudad y pidió a una mujer le regalase agua para beber, pero ésta le negó, aduciendo que no tenía el líquido elemento como para darle a un pordiosero.

Tras realizar el mismo pedido en varias viviendas, y no obtener más que negativas, el anciano molesto reclamó a la gente por ser malos y no regalarle siquiera un vaso de agua.

Por esas malas acciones, condenó que la ciudad sería inundada y desaparecida; la misma noche, sucedió que una gran lluvia se precipitó sobre la ostentosa ciudad. Toda la noche llovió e hizo que la ciudad desapareciera, y con ella sus habitantes, formándose luego la laguna que se ve hoy.

Aquel anciano según dicen, era el Apóstol Santiago, que hoy es santo patrón en Bagua Grande. 

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